Han pasado ya siete días desde que comenzamos este viaje por Grecia y a día de hoy ya puedo decir que podemos canjearlo por al menos un año de gimnasio. Hemos recorrido muchos kilómetros en coche, pero también pateado lo que no está escrito y, sobre todo, subido muchas escaleras de piedras. ¡Tenemos unos glúteos… que reíros de la Kardashian!
Ni ascensor, ni teleférico ni tirolina… solo tenemos nuestras “musculadas patorras” para subir escalones y llegar a los castillos y templos ubicados en las cimas de las montañas. Seguimos preguntándonos cómo no desistían los invasores viendo el percal que hay por aquí.
Tras pasar la noche en Megalópolis sin sobresaltos (continuamos siendo
huéspedes fantasmas porque tampoco en el Check out del hotel nos pidieron documentación alguna), hoy era el turno de conocer Mistras, Esparta y sentar las bases en Nauplia.

Mistras, Patrimonio mundial de la UNESCO también, destaca por tener posiblemente los restos históricos más importantes del Peloponeso. Su relevancia histórica radica en que en ella el Imperio bizantino opuso su última resistencia ante el otomano. Cuenta con iglesias bizantinas con unos frescos espectaculares, la Catedral de San Demetrio, templos, monasterios, el Palacio de los Déspotas y el castillo situado en lo más alto a modo de castigo para turistas.
Una vez terminado el recorrido, superando los obstáculos que ya habían dejado algunas víctimas a su paso (una mujer creía haberse roto el tobillo y estaba a la espera de que su marido volviera con ayuda), bajamos del cielo al mundo terrenal con las piernas y rodillas pidiendo un descanso merecido a modo de comilona. ¡Ojo! no sin antes continuar con la hazaña y bajar 53 escalones para ir al
baño (y tenerlos que subirlos después, claro).
Por la tarde, tras una merecida comilona, bajamos a Esparta que, pese a tener más nombre -por supuesto-, no es ni una cuarta parte de bonita que Mistras. Vimos rápidamente la acrópolis de la ciudad y dejamos a Leónidas que tuviera un recuerdo nuestro en forma de fotografías varias. Esta estatua conmemora al rey que lideró a su pequeño ejército frente a los persas en el paso de la Termópilas, situado al norte de Atenas (mostramos fotos de ambas esculturas).


Mañana seguimos con el tour griego y contaremos, entre otros, las cosas de la bella Nauplia. Hasta entonces… si os ha gustado dadnos likes!!! Jajajajja (no hay que perder las viejas costumbres de pediros likes con fotos y menos ahora que estamos haciendo esfuerzos por mejorar nuestras poses instagrameras solo por vosotros!!! (Bueno, quizás, también porque se nos da demasiado bien hacer el
ganso).

Abrazo, polvofollowers!
Comentarios