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La bella Santorini

Foto del escritor: MichiCHIgan MichiCHIgan

Dicho y hecho. La temporada isleña está interrumpiendo la regularidad del blog, pero aparecemos de nuevo para deciros que estamos mejor que en brazos. Tras nuestra visita a Paros y Naxos, hoy hemos llegado a Santorini.

Ayer fue día de playa y pisci en Naxos, aderezado con manjares locales en un restaurante de nombre “Manolo” y en otro que hace la mejor mousse de limón de la historia. Jugamos un poco a las palas que nos hemos comprado para mantener estos tipitos y un hombre inmortalizó nuestras dotes tenísticas o padeleras jajjajaja pidiéndonos hacernos una foto. Espero que mi flequillo, que se ha convertido ya en el cuarto viajero de este viaje por la lata que también está dando, se haya comportado y no se haya reencarnado en Pumiki una vez más.


Y, por supuesto, hubo tiempo para cazar el sunset junto al templo de Apolo. Nosotros fuimos con nuestros pantalones y bañadores porque fuimos directamente desde la playa (aunque probablemente hubiéramos ido así igualmente) y el resto con sus vestidos largos al aire y últimos modelos… siempre ha habido clases instagrameras (y está claro que nosotros estamos aprendiendo jajaj).

Esta mañana cogimos nuestro último ferry del viaje. Ohhhhh esto empieza a acabarse y, al menos yo, no estoy lista para superar estas preocupaciones diarias (qué bañador me pongo, qué pido en el desayuno -por cierto, hay mucha gente por aquí que se toma cucumber a primera hora del día-, me llevo las gafas y el tubo a la playa, etc.etc.)


La travesía ha sido rápida, pero ha dado tiempo a que haya algo de salseo. Resulta que una señora, con más razón que una santa, se ha levantado gritando que la

Gente se pusiera la mascarilla que ella llevaba seis horas en el barco y no se la había quitado. Porque estaba medio dormida todavía… si no era para haberse levantado y aplaudido.


Una vez en Santorini hemos vuelto a sentirnos como toros que están a punto de salir a la plaza. En cuanto el barco ha llegado al puerto, hemos bajado cuál rebaño. Decenas de personas locales se amontonaban con carteles y con propuestas de coches de alquiler y buses que colapsaron en poco tiempo las numerosas curvas de la carretera que teníamos que coger para ir a nuestro cuquihotel. “Estoy hasta las narices (o sucedáneos) de los atajos de Google que no llevan por las calles principales”, dijo alguien por aquí al mando del coche. Por la buena conducción, pese a todo, hubo recompensa en la comida a modo de gambones (y yo acompañé porque soy una excelente copilota y hay que seguir el ritmo del conductor).

El hotel de Santorini es muy cuqui (fotos arriba) y el sunset en la ciudad de Oia es de postal. Difícil de superar. Me ha encantado. Os dejo algunas fotos aunque no reflejan todo lo bonito que es.

Mañana si nos apetece escribimos. Si

no… pues que tengáis muy buen día todos! Así hemos despedido hoy nuestro día: en un restaurante que parecía la ONU (te colocaban banderita según tú país de origen). Estábamos rodeados de franceses, británicos y suizos. Más que un restaurante… parecía un chiste. Besos con bechamel de Co-Creta.



1 bình luận


Jose Marce
Jose Marce
16 thg 9, 2021

Buenos días. Vaya, ya se va acabando, pero lo importante es que habéis disfrutado de unos días maravillosos. Santorini tiene que ser muy bonito y la gastronomía tb. La copiloto tendrá mareado al piloto y al compañero de detrás; mientras no os haga test de antígenos váis bien. Muchos bsos para los tres y un achuchón para la Croqueta.

Thích
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