Hoy tocaba ir echando el cierre a la Grecia continental: dejar Nauplia e ir rumbo a Corinto y finalmente al puerto de Pireo para comenzar la aventura isleña. Sin embargo, la hazaña más laboriosa (o la odisea del día) para nuestra sorpresa fue devolver el coche de alquiler.
La primera complicación la tuvimos cuando después de haber estado viendo durante todo el viaje gasolineras a cada zancada no conseguíamos encontrar una que tuviera combustible. Una vez conseguido, el siguiente paso y más complicado fue acceder a las instalaciones para dejar el coche cumpliendo las normas de circulación (como nosotros hicimos).
Tuvimos que bordear varios campos frutales, pasar por polígonos industriales y recorrer caminos de tierra para llegar a él sin usar la maña griega. Es decir, hacer giros prohibidos que te dejan en perpendicular en la carretera, saltarse las lineas continuas para ahorrar tiempo y trayecto, y un largo etcétera de maniobras. Pese a todo, después de dar unas cuantas vueltas de más por culpa de Google, que parecía estar hoy de vacaciones, lo conseguimos.

Pero empecemos por el principio de la jornada. Amanecimos de nuevo en Nauplia, un lugar precioso y cita obligada para aquellos que quieran ver el Peloponeso, que deja entrever en sus calles su historia veneciana y otomana.
El león de San Marcos, emblema de Venecia, está representado en la fortaleza Palmidi y también hay un resto en su plaza principal. Por cierto, un resto que vimos en una ocasión que lo utilizaron como trona para alimentar a un niño. Es sorprenderte el poco cuidado que tienen en algunas ocasiones con todas sus reliquias históricas.

Por supuesto, como siempre, tuvimos nuestra ración extra de escaleras de piedra. Primero en la Fortaleza de Palamidi, donde contemplamos unas vistas impresionantes, y después en el acrocorinto de camino al Canal de Corinto.

La fortaleza de Palamidi fue construida parece ser sobre los restos de otras tres fortalezas. Durante la ocupación veneciana la mejoraron y en 1715 cayó de nuevo en manos de los otomanos para ser griega desde 1822.
Desde lo alto pudimos contemplar pequeñas playas de agua cristalina y el fuerte de Bourtzi del siglo XV, situado en un pequeño islote de la bahía de Nauplia. Como curiosidad comentar que hemos leído que hasta 1930 era un emplazamiento de ejecuciones.

Posteriormente, pensamos que no llevábamos el chute de escalones necesario y seguimos “escalando” por la zona de Corinto. Allí vimos la fortaleza de Acrocorinto, los restos de un templo de Apolo y el Canal de Corinto.
Mañana ya estaremos totalmente rodeados de agua y puede que la regularidad del blog se vea afectada en función de los mojitos y sucedáneos que haya en sangre. Disculpen las molestias :D.

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