Nueva noche en tren, sin compañía, sin ronquidos ni ruidos extraños. Parada en la archiconocida Krasnoyarsk para estirar las piernas 5 horitas y evitar pasar más de un día en el compartimento.
De nuevo madrugón. Nos recibe otro tren de otros tiempos en el andén.
Operación café-revivición habitual con las que no voy a aburriros, y empezamos nuestro corto pero intenso paseo por la ciudad. Comenzamos por los márgenes del río Yeniséi, uno de los más largos y caudalosos de Siberia. El día y las vistas son magníficos, como podéis comprobar.
Poco después nos encontramos con el museo regional, de bello estilo egipcio tan frecuente en esta región.
Seguimos por la orilla del rio, ya que hoy no hay línea roja facilitadora, y por fin agotados encontramos un asiento para descansar.
Solo son las 10, momento en que abre el SV Nikolai, barco en el que Nicolas II cruzó este río y que posteriormente sirvió para enviar a Lenin al exilio. Aquí cada uno se ha dedicado a lo suyo.
Después visita obligada a la catedral,
aunque poco después hemos descubierto que no era la catedral, pero dejo esta foto porque me ha gustado más.
Y poco más, salvo que hemos ido un poco apurados para coger el tren que nos lleva a Irkustk y el lago Baikal, en el que vamos a pasar la friolera de 17 horas, de momento sin acompañante aunque la madrugá es muy larga.
Os dejo una fotito del paisaje estepario desde el tren, ya que hasta ahora habíamos viajado casi siempre de noche.
Hasta pronto polvorones
Parece el viaje a otra época! Y el monumento a la silla, un puntazo!!
Buena noche trenera polvorones!!!