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Esto se está empezando a acabar... Pero todavía no se ha acabado del todo.

Foto del escritor: Vic torpedo mullerVic torpedo muller


El post de hoy es un poco más largo por problemas de comunicación a bordo de los trenes orientales, así que espero que no os aburráis pero os cuenta 2 días de golpe.

Tras conocer a Yak y explorar Ulán Bator y alrededores tocaba nuevo cruce de fronteras.

De nuevo madrugón para coger el tren a las 7.30. El tren es inmenso, solo salen 3 a la semana a Pekín. Nos esperaban 31h.



Lo que parecía que iba a ser un día de transición (que en realidad lo fue) se empezó a animar un poco con nuestro compañero de celda, un suizo casi octogenario, muy simpático, haciendo puñetas, que a lo largo del día se fue coronando.

Las horas pasan en el tren y nuestro amigo neutral desde las 8 de la mañana se fue enfrascando en una batalla singular con una botella de vino tinto que por supuesto ganó.

Entre siesteos, pelis y lecturas fue pasando la mañana y después de comer, el colega, ya sin vino, empezó con shoots de coñac y a media tarde ya estaba graciosillo. Antes de abandonar Mongolia nuestro camarote parecía un iglú, algún problema con el aire en el vagón. Todos al pasillo menos uno, feliz y calentito, que entre cabezada y cabezada nos miraba y se partía de risa, y empezaba a farfullar frases en un inglés poco comprensible.

Llegamos a la primera frontera.

Señor oficial al que damos el papel de declaración de bienes de Mongolia.

Después pasaporte, me hacen bajar de la litera para verme la carita.

Nos traen otro papelito de declaración de bienes para entrar en China.

Señora militar con linternita que da un vistazo de entre 1 y 2 segundos. No problem.

2 horas



Nos informan de que en la frontera china tenemos que recoger nuestros bártulos y pa abajo del tren, a lo que el colega dijo que él se iba a quedar en el vagón, haciéndose el longui, a ver qué pasaba.

Todos pa abajo del tren, como borregos, control de pasaporte, huellas, equipaje por arcos de seguridad. Tras más de una hora haciendo cola oímos a un chino decir :”excuse me”, empujando una silla de ruedas ya podéis adivinar de quién. Nuestro colegui tajao como un demonio se había saltado toda la cola no sin antes dedicarnos una sonrisa entre cómplice y sarcástica y ponernos el dedito pulgar pa arriba como diciendo, “ a mí controles aduaneros chinos”...

En hora y media conseguimos pasar todos los controles y después 3 horas más tirados, en la estación, suponemos que cambiando las ruedas del tren.



Por fin volvemos y nos encontramos a nuestro colega tumbado, y nos dice descojonao que lleva un rato durmiendo.

Al chorbo lo habían bajado del tren a cordeletas y luego tras el control pa arriba y a la cama.

Finalmente, el tren vuelve a arrancar a las 2 de la mañana y a dormir. Por la mañana seguimos on route y el suizo sigue dándole a los chupitos de coñac. Un tío grande.

Llegamos a Pekín a las 14.30, pa que engañarnos, el viaje se ha hecho un poquito largo. Pero llegamos a nuestro destino final después de más de 7000 km de tren, la colosal Pekín. Unos campeones. Esto merece unos cuantos likes, eh?



Llevamos unos días quejándonos de las miríadas de orientales, pues toma 2 tazas, jajajaja. La plaza de la estación es enorme. Logramos hacernos con unos tickets de metro para llegar al hotel y reposo rápido y a explorar la ciudad que sólo tenemos 2 días y medio.

Como comentamos en una de las primeras entradas solemos coincidir en los viajes con noticias o acontecimientos, y esta vez no iba a ser menos. El lunes es el día nacional y el 70 aniversario de la declaración de la república. Consecuencia , muchos más chinos de lo normal y la cuidad prohibida y la plaza de Tian’anmen están cerradas al público. Pronto nos damos cuenta de que esto en vez de una putada es un aliciente para volver, lo que vemos es increíble.

Lo primero que vemos es la cuidad prohibida por fuera, alucinante.



Luego nos dirigimos al parque Hingshang, donde apreciamos vistas al aterdecer de la cuidad prohibida, una maravilla.




Después hemos ido al parque Beihai, una pena que fuera de noche y con poca iluminación, porque lo poco visto nos ha encantado. Os dejo una muestra de un dragón acuático, obra de jardinería maestra. Intentaremos volver de día en lo poquito que tenemos.



Luego a Tian’anmen, que como ya os he dicho solo se podía ver por fuera, y había más chinos que en la calle Preciados, que ya es decir.




De nuevo al metro, donde nos hemos empezado a percatar de la amabilidad china. Tras unos problemillas para comprar los billetes una pareja nos ha hecho el apaño con su móvil y su código QR y nos han invitado al viajecito.

En el mercado de la seda hemos hecho unos pinitos en el arte de regateo, y una lugareña que chapurreaba español nos ha llamado: TACAÑOS!! Al final la pobre ha cedido y hemos conseguido nuestros imanes de rigor.

Siguiendo con la amabilidad otro compadre me ha llevado casi de la mano hasta la puerta del toilet del mercado.

Por hoy no más, han sido un par de días largos y duros pero ha merecido la pena.

Mañana plato fuerte en forma de muralla, no os lo perdáis polvofollowers.


5 Comments


 Vlad Tapas
Vlad Tapas
Sep 28, 2019

Hola, hola, sí que estamos cansadetes. Sivre todo un servidor que ha pillado un catarro Mongol. El suizo un crack. De mayor quiero ser como él. Muchos besos y gracias por seguirnos y comentarnos

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annabenito65
Sep 27, 2019

Qué graciosos sois contando vuestras peripecias! A pesar del cansancio que supongo que ya acumulais, seguís animándonos cada día con vuestra aventura. Y vaya con el neutral! Me parto!! Qué sabía es la experiencia!!

En fin chicos, disfrutad de China y de la amabilidad amarilla... 🈳🈂🈯🉐

Muchos besos!!!😘😘

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jose23air
Sep 27, 2019

El colega suizo lo mejor de este tipo de viajes, guay relatado, me ha molado. Disfrutad de lo q os queda!

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Beatriz MarEs
Beatriz MarEs
Sep 27, 2019

Me partoooo con el suizo, vaya crack!

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Jose Marce
Jose Marce
Sep 27, 2019

Bueno Que ya habéis llegado a China.!!!! Madre mía el compañero ha dado una lección de picaresca. El vino y el coñac han sido positivos para el. Pues hala a ver la muralla pero no os deis cabezazos. Adiós trío.

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