We all live in a yellow submarine

¡¡Hola, hola!!

Repito hoy contando nuestra pequeña historieta.

Hoy es un día de "shuttle", que dirían aqui. Viajamos a la ciudad que nunca duerme, con permiso de Madrid, en tren.

Hemos dejado de mamar de los ubers porque han reabierto el metro y allá que hemos ido a cogerlo para ir a South Station. Eso sí iba a una velocidad tan alta que nos adelantaban los de la cola de Doña Manolita por los laterales.

Aún así hemos llegado a tiempo a la estación.

En algún momento tenemos que hablar de la fauna humana con la que nos cruzamos. Siempre hay gente rara y peculiar pero en este país el número es llamativo.

Mucha gracia me ha hecho el folleto que me pide que avise si veo algo sospechoso o inusual. ¿Puedo llamar al conductor cada 15 minutos?.

Empezando por el sonido que hacen los trenes cuando se van a cerrar las puertas. En vez del pitido habitual aquí se trata de una señorita gritando: "Doors Will close", unos minutos. Después "Doors are closing, train is leaving", otro rato. Que moderno todo y que bien "pensao".

Después de 4 horas de tren rememorando antiguos ratos, hemos llegado a la gran manzana.

Nada más llegar bullicio, gente, gritos, ruido, y el sempiterno olor a porro que nos persigue en todas partes. We all live in a yellow submarine.

Primera parada el hotel y segunda recorrer Broadway camino de Times square sorteando bicis, coches y gente.

Cuando llegabamos a Central Park ha empezado a llover y hemos cambiado de plan. Girando a la 5°avenida para ver tiendas a cubierto.

De camino nos hemos encontrado un montón de gente de blanco, no sabíamos si era un anuncio de Ariel o una boda ibicenca. Con lo que jarreaba el cielo en ese momento ni Ariel, Dixan, ni la lejia del futuro juntos van a salvar esa ropa

Michichigan ha elegido entrar a Abercrombie y Hollister. Yo he decidido mimetizarme con los novios aburridos en un sillón. Alaska m el Ohio ha elegido la tienda oficial de la NBA, me he mimetizado con las novias aburridas en otro sillón. Ojo camisetas sin mangas a 350€.

Si he disfrutado de los tienda de Lego y del Rockefeller Center. Toma moreno. (ojo, referencia viejuna).

Después ya anocheciendo hemos ido a High Line, el antiguo ferrocarril elevado reconvertido en parque por el Chelsea. Un paseo ideal rodeado de pisazos.

Fin del día intentando cenar en la ciudad que nunca duerme, pero que a partir de las 10 cierra sus restaurantes y a las 9 y pico no te sirven.... A lo mejor no pueden dormir porque tienen hambre.

Nada más por hoy. Mañana nueva entrega de nuestras peripecias.