Dejamos el relato de nuestras andanzas en Santiago comiendo pulpo al ajillo. Partimos hacia nuestra última parada en el viaje. Monforte de Lemos, aunque hay quien creía que Monforte y Lemos eran dos sitios distintos.
Llevamos todo el viaje cantando la canción "No somos de Monforte" de Siniestro Total por las carreteras gallegas, todas las veces que hemos pasado el puente de Rande.
Como no somos de Monforte, al llegar hemos cumplido nuestro ritual, subir al punto más alto. Callejeando por el antiguo barrio judío hasta el Monasterio de San Vicente do Pino, hoy parador. Al lado la torre del homenaje del antiguo castillo. Nosotros la rebautizamos como la torre del homenaje culinario que nos estamos dando.
Después fuimos a nuestro último alojamiento. Una casa rural en medio de la nada donde cenamos.
Dia 23, desayuno ecológico en la nada con productos de la zona, lo que quiera que sea que signifique eso, a parte de que será caro.
Íbamos a recorrer en barco el cañón del río Sil por la Ribiera Sacra.
El día amaneció con niebla pero ni eso eclipsó las impresionantes vistas del cañón en la bajada no el viaje en barco de 2h mientras nos explicaban como cultivaban vides y castaños en las laderas, o que ilusiones ópticas podías ver en las rocas.
3 puntos a destacar sobre este recorrido. - Las fotos no hacen justicia. Es muy bonito.
- Tan interesante que Tenacitas no se ha dormido en el barco.
- Lo de formar la bandera de España en la foto es casualidad.
Después del barco ya era hora de volver a llenar la panza así que nos dirigimos a Castro Caldelas donde de nuevo vimos el castillo y disfrutamos de las viandas locales.
Y con las pilas cargadas fuimos serpenteando por la ladera sur del cañón visitando miradores e iglesias románicas como el monasterio de Santa Cristina, alejados del mundanal ruido.
Habiendo completado nuestra ruta y con todos los objetivos cumplidos volvimos a la casa rural previa compra de una empanada de carne para la cena, ecológica seguro. Hoy no ha habido pulpo pero que con lo que habíamos comido los días previos tenemos reservas.
Y así hoy día 24 tras el "obligado" "desayuno ecológico" retornamos a la base.
Volvemos contentos cantando "Polichinelas song" de los Gandules cada vez que Benavente aparece en un cartel de la autopista (buscad en YouTube), con el único objetivo de enfadar a Percebeitor que dice no saberse la letra.
Sólo tenemos miedo a una cosa, A LA BÁSCULA.
Hasta pronto si el COVID quiere...
En la Ribiera Sacra podrían haber rodado perfectamente Jurasic Park. Muy chulo todo,
Buen viaje de regreso, pandilla!