Un continuo guión para serie de televisión

Buenos díassss desde Nueva York.

Tras “jugar” al tetris en la habitación (el dormitorio es tan pequeño que si dos están de pie… ya ninguno tenemos libertad de movimiento) y desayunar en un sitio cuqui que se llama “maman” nos hemos puesto rumbo a descubrir sitios curiosos de la ciudad que nunca duerme porque tiene hambre.

Una vez más, como os venimos contando, nos hemos topado con varias personas que estaban como un cencerro, los pobres. Una/uno/une me ha puesto una garrota frente a mi cara, otra ha recriminado e insultado a Michurri Por Detroit (dice que nada que no le pase cualquier día en el trabajo), pero por lo demás todo bien.

Hemos paseado y visto fachadas de series tan emblemáticas como Sexo en Nueva York (la casa de Carrie) y Friends, y visitado La Estación Central. Allí me ha recordado la escena de Selena  van der Woodsen asomándose a las escaleras siendo captada por una espía de ‘La Reina Cotilla’ de Gossip Girl.

La Estación Central tiene, además de una gran belleza, un poder hasta ahora desconocido para mí. Y es que si vas a la entrada del bar Oyster, que está dentro de la propia estación, y te colocas en una de la esquinas mirando a la pared (como cuando nos castigaban en el colegio) y tu acompañante se pone igual pero en la columna de enfrente… podéis mantener una conversación con toda fluidez superando el constante ruido de los transeúntes de alrededor.

Tanto es el poder que tiene… que hasta podíamos entender a ‘Alaska m el Ohio’, caracterizado por hablar para el cuello de su camisa y no entendible hasta que lleva al menos 6 cafés en el cuerpo. Y, por supuesto, hemos hecho mil fotos al Chrysler para que quedara lo más yankee posible (sumaban puntos los taxis amarillos, los policías, los locales gritando…). Prueba conseguida.

En el paseo hemos descubierto también lo que intuimos que es el Chueca de Nueva York. Hemos llegado al bar ‘Stonewall’, donde comenzó la revuelta por lo derechos de los gay, y visto el monumento a la liberación gay.

También ha habido tiempo para visitar la Biblioteca Nacional (muy recomendable, ponemos fotos), pasear por Central Park y ver el mercado de Chelsea (esta gente cena demasiado pronto) y el Lincoln Center.

Por lo demás… todo en orden (más o menos): la ciudad sigue oliendo constantemente a porro, hablamos ya con términos como “cuadras” para referirnos a distancia y “camisetas de Jordan” para hablar de cantidades monetarias. “Hoy la cena nos ha costado la mitad que una camiseta básica de Jordan”, por ejemplo. Y tanto ‘Alaska m el Ohio’ como ‘Michurri por Detroit’ ya van recuperando la lengua después de confundir un pimiento con un jalapeño y tener que beberse las reservas de agua del planeta.

Para que no digáis que este no es un blog práctico: los perros por aquí van con calcetines y se desestresan en el spa. Os dejo el contacto: ¡de nada!

En fin, mañana último día por NY. Os seguimos contando. Por cierto, no podemos ver ahora quienes veis el Blog, así que pasaros y dejadnos aunque sea un “hola” como comentario. Esperamos que os esté gustando.

¡Hasta mañana!