Friburgo, Alemania, año 2023.
A día de hoy es una de las ciudades alemanas de moda.
Algo más de 200000 habitantes y el 10 por ciento universitarios. Buen ambiente, parques, muchas cervecerías.
Es la perla del sol germánica, dicen que donde más da Lorenzo en todo el país.
Presume de ecologista, gobernada por los verdes. Hemos visto varios puntos de reciclaje de distintos vidrios, como pa aclararse.
Más bicicletas que habitantes.
El tranvía es el rey.
Pero no siempre fue así. Con casi 1000 años de historia ha sido un enclave geográfico fundamental. Entre Francia, Suiza, Alemania. Se lo rifaban. Ha pasado de manos de condes a duques. Guerras. Después a los austrias. Después de Francia. Guerras. Después otra vez de los austrias, después otra vez a los prusos y los francios otra vez. Desde el siglo XIX alemán ya pa quedarse, pero entre tanto trajín se han cargado las murallas, el castillo, la ciudad....
Bombardeada por los ingleses en la II guerra mundial quedaron en pie la munster y poco más y han intentando reconstruir pa dejarla más o menos como estaba. Y aquí va. Porque pateada ha sido de pe a pa.
El viejo y el nuevo ayuntamiento. Ya no son ayuntamientos.
Ahora teatro y oficina de turismo respectivamente
La impresionante catedral. Casi intacta. Literalmente nos han dicho que solo cayó "alguna bombita" pero que tuvieron suerte.
Varias vistas
De todas las entradas a la ciudad solo quedan 2. Las 2 torres. Una de ellas les ha quedao apañá. La impresionante ingeniería alemana ha querido convertir la otra en un McDonald's
Todo el suelo empedrado. Según paseas ves cositas en el piso. Tradicionalmente hacían dibujitos en cada negocio según el gremio de cada tienda.
A día de hoy no siempre se corresponden. Tienes que esperar 5 años pa ver que el negocio tire palante y ya te lo cambian, no vaya a ser que gasten dineros en el suelo histórico pa nada.
También hay canalitos. Si te tropiezas sin querer te casas con alguien de aquí. Pero tiene que ser sin querer, que lo tienen muy estudiado.
Los lugareños mientras, se refrescan los pies, hacen picnics y navegan barquitos.
Hay tarta selva negra, que no se como me han entendido al pedirla, porque se dice Schwarzwald. Al final ha dicho la camarera: "Black Forest ", y me ha mirado con desprecio y nos ha dado nuestra porción. Muy rica
Como nos gustan más los miradores que a un tonto una tiza, pues pa arriba. Subida con pena merecida, tanto por las vistas como por la recompensa en una gran terraza cuyo nombre aquí no se si significa algo, pero en nuestro idioma es bastante apropiado y sugerente.
En fin, día muy bien aprovechado.
Seguimos comprobando el adelanto que nos tienen.
Bioblotecas en la calle.
That's all folks
Auf wiedersehen
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